Con un fondo de reembolso médico no ejercido de $409 millones, próximas reformas para su mejor aplicación
This story was produced by Ida Mojadad, a participant in the 2019 Data Fellowship, who is investigating the efficacy of the health access program Healthy SF in San Francisco.
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Foto: Kevin N. Hume/S.F. Examiner
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En ese momento, le pareció confuso; de no haber sido por una explicación de un compañero de trabajo bien informado, Trombino no sabría que con esa cuenta podría cubrir sus gastos médicos para lentes, copagos de terapia y otras facturas cubiertas. Pero esta empleada de Everlane aún no sabe cuánto está a su nombre, no ha aprovechado el fondo conocido como City Option MRA, ni siquiera ha averiguado cómo entrar a su cuenta en línea.
A pesar de una pandemia que ha provocado despidos masivos y pérdida de seguro médico para muchas personas, esa cifra sigue siendo superior a los $359 millones de febrero, lo que sugiere que los trabajadores no están aprovechando significativamente los fondos disponibles. De los aproximadamente 183 mil trabajadores a los que pertenece el dinero, alrededor del 82 por ciento ni siquiera solicitó inscribirse en un programa, según una auditoría de la ciudad publicada en octubre.
Es probable que muchos como Trombino, no sepan que existen esas cuentas ni entiendan cómo usarlas.
“Es tu dinero”
Algunos trabajadores hacen uso frecuente de los fondos, como Nicole Canedo, ex compañera de trabajo de Trombino, quien se enteró del programa MRA en su primer trabajo en una Walgreens, a través de su sindicato del personal.
Cuando Canedo llegó a Everlane, se convirtió en la persona clave para ayudar a sus compañeros de trabajo y amigos a aprovechar los beneficios: “Creo que es importante que los trabajadores lo sepan”, dijo. “Cubren mucho. Es tu dinero, no es como si fuera un regalo. Es algo que te has ganado”.
Canedo, quien desde entonces fue despedida como consecuencia de la pandemia y agotó sus cuentas de City Option, dijo que el programa le dio la oportunidad de contar con un colchón financiero como estudiante de la Universidad Estatal de San Francisco, sin tener necesidad de buscar un segundo trabajo.
Pero miles de cuentas permanecen inactivas.
La cantidad de fondos no ejercidos —lo que significa que los propietarios ni siquiera han dado los pasos iniciales para elegir un programa y configurar una cuenta— ha aumentado particularmente desde 2016, desde que los trabajadores comenzaron a elegir entre programas en lugar de inscribirse automáticamente.
Los trabajadores elegibles pueden optar por un MRA administrado por la ciudad, un programa de acceso limitado de atención médica llamado Healthy SF o un MRA que se aplica hacia Covered California. Alrededor del 99 por ciento de los trabajadores eligen el MRA regular, que tenía $143 millones en fondos que cubrían a más de 107 mil personas en febrero.
Las cuentas que no se han tocado en dos o más años se desactivan; alrededor de 83 mil cuentas con un valor de casi $60 millones se habían cerrado hasta febrero. Los trabajadores aún pueden reactivar las cuentas, que de otro modo verían cobrados $2.75 en tarifas administrativas cada mes.
El DPH reclamó alrededor de $17.5 millones de cuentas desactivadas hasta febrero, según la auditoría.
“El programa tiene que hacer pausa”
La Ciudad implementará 22 recomendaciones de auditoría para junio de 2022 que incluyen el desarrollo de mejores estrategias de difusión y notificación para mejorar el aprovechamiento del programa. Una recomendación de auditoría es tener una aclaración formal por escrito sobre la propiedad legal de las cuentas desactivadas e informar mejor a los usuarios antes de la desactivación.
Sin embargo, otros esfuerzos recientes para aumentar el acceso a los fondos de MRA han fracasado. En un esfuerzo por ayudar a los trabajadores en un momento de mayor necesidad, la alcaldesa London Breed anunció en abril que el dinero de todas las cuentas activas podría liberarse para necesidades básicas generales. Sin embargo, debido a restricciones legales no especificadas, esa iniciativa luego se redujo a un bono en efectivo de $500 para los titulares de cuentas con al menos $100. Dicho bono fue financiado con fondos tomados de cuentas desactivadas.
La aparente incapacidad para acceder a las cuentas durante una emergencia reavivó las críticas al programa por parte de los líderes empresariales, algunos de los cuales lo ven como un impuesto indirecto. Las empresas, en particular los restaurantes, a menudo agregan un recargo adicional a los clientes denominado ‘mandato de salud’.
Laurie Aaronson, que dirige la consultora de restaurantes AOC SF, dijo que tiende a alejar a los clientes de la City Option MRA debido a la facultad de la ciudad para disponer de los fondos no utilizados, fondos que varias empresas lucharon por pagar incluso mucho antes de la pandemia.
“Entre más dinero tome la Ciudad de este programa, más probabilidad hay de no recuperarlo”, dijo Aaronson. “Queremos un sistema eficiente. El programa tiene que presionar para poner pausa”.
Las empresas también pueden elegir un beneficio de salud administrado de forma privada como alternativa a City Option, pero eso a menudo viene con menor cobertura y menos información. Aproximadamente 1,073 empleadores en 2017 eligieron un beneficio privado en lugar de un seguro o City Option para cumplir con el mandato de la ciudad.
Hasta 2017, los empleadores también podían depositar la cantidad requerida en una cuenta reembolsable después de un cierto período de inactividad. El uso de esa forma de cuenta se ha eliminado gradualmente y se ha desplomado a solo 17 empleadores en 2017 de 734 empleadores en 2014, según el último informe de la Oficina de Aplicación de Normas Laborales sobre el mandato de seguro médico.
Aaronson sugirió crear un grupo que examine el programa y dijo que la ciudad debería alejarse de una fórmula de financiamiento basada en las horas trabajadas por el empleado.
Ben Bleiman, quien solía pagar por City Option como ex propietario de varios bares, dijo que las empresas que se encuentran bajo cierto impuesto a los ingresos deberían estar completamente exentas para que el programa sea más progresivo.
Por su parte, Jay Cheng, director de políticas de la Cámara de Comercio, expresó anteriormente su frustración por la falta de transparencia del programa y la capacidad de liberar fondos para uso general. Pero después de leer la auditoría, que afirmó una sólida gestión fiscal que reservó esos fondos para el fin previsto, se mostró más optimista sobre el futuro del programa: “Es correcto darle una oportunidad al programa, la gente necesita el dinero de la atención médica. Entonces podemos plantear la cuestión de la reforma estructural del sistema. Ni siquiera sabemos si es necesaria una reforma estructural, por lo que pocas personas la están utilizando. Todavía hay oportunidad de hacer el bien con ese dinero”.
“Deberían decírtelo”
Se desconoce la razón exacta por la cual tantos trabajadores siquiera han solicitado reclamar el dinero. La auditoría reconoce que podría deberse a que ignoran que su empleador hace o debe hacer esas contribuciones, que están confundidos con aplicaciones y materiales informativos vagos, o que no pueden determinar su propia elegibilidad. Los funcionarios de salud determinarán para fin de año si se necesitan más recursos para expandir el alcance y aumentar la inscripción, y construirán un tablero para monitorear la efectividad para junio de 2022.
“Se anticipa que lo que será diferente en la divulgación y publicidad después de implementar la recomendación es la forma en que llevamos a cabo su promoción actual”, dijo Alice Kurniadi, gerente del programa Healthy SF, en un correo electrónico. “Estamos comprometidos en un proceso para comprender mejor cómo mejorar nuestros materiales y alcanzar e involucrar a los empleados de SF City Option de manera más efectiva”.
La supervisora Hillary Ronen ha pedido que los fondos sean más accesibles a través de una tarjeta de débito, que Kurniadi dijo se está considerando, pero que tomaría algún tiempo poner en práctica.
Tanto Canedo como Trombino enfatizaron la necesidad de que los empleadores informen a su personal sobre los fondos. Trombino dijo que debería haber un aviso obligatorio publicado en las salas de descanso, junto a las leyes laborales federales y el salario mínimo, lo cual podría hacer la diferencia.
María Moreno, ex trabajadora de restaurantes y coordinadora de programas de la organización de derechos de los trabajadores Restaurant Opportunities Center, estuvo de acuerdo. Después de hablar por primera vez con el SF Examiner hace un año, recordó que podía acceder a su cuenta no utilizada administrada de forma privada por Administration Solutions y, desde entonces, le reembolsaron el cuidado dental que evitó buscar debido al costo.
“Creo que es responsabilidad del empleador decirte algo al respecto, no solo darte un manual, especialmente cuando tenemos tantas personas que solo hablan español”, dijo Moreno. “Deberían decírtelo cuando te contratan”.
Para tener mayor información sobre la elegibilidad de City Option, puede visitar sfcityoption.org y sfgov.org/olse.
El SF Examiner está trabajando en una historia relacionada con Healthy San Francisco. Si usa el programa actualmente o lo ha hecho en el pasado, queremos escuchar su historia. Para compartir su experiencia o hacer preguntas sobre el proyecto, envíe un correo electrónico a HealthySFproject@gmail.com o llame/envíe un mensaje de texto al 415-295-6603 en inglés o español.
Este artículo fue elaborado con el apoyo de la Beca de Datos 2019 del Centro Annenberg de Periodismo de Salud de la USC. La editora asociada del centro, Danielle Fox, contribuyó en su realización.
[This story was originally published by El Tecolote.]